Estoy a punto de liarme con un nuevo proyecto.

Es un poco especial: un libro sobre la muerte.

No te asustes, la muerte forma parte de la vida. Y el libro tiene la intención de ser muy amable, una especie de compañero de viaje. Nada tétrico.

El caso es que voy a escribirlo con dos personas a las que apenas conozco.

Ayer tuve reunión virtual con una de ellas para ver si encajaban nuestros puntos de vista y tenía sentido emprender esta aventura juntas.

Yo solo podía dedicar cuatro horas a la semana a la redacción del libro. Me preocupaba que ella quisiese ir más rápido y le pareciese poco tiempo.

Pero cuando le expliqué mi disponibilidad, su respuesta fue: «Perfecto, esto tiene que ser como un gin-tonic».

¡Guau, que bonito!, pensé. ¡Como un gin-tonic! Ese es justo el ritmo que me apetece llevar.

No solo en este libro, en la vida en general.

Sin estrés, disfrutando de la compañía y del momento.

Escuchando como los cubitos de hielo golpean el vaso. Oliendo a limón. 

Intenté retener esta frase y la sensación que me provocaba. A ver cuanto me dura 😉

¡Que disfrutes de un fantástico fin de semana!