¿Cómo llevas el inicio de curso? ¿Ya has hecho la lista de las cosas que quieres hacer este año?

Puede que haya algo a lo que estés dando vueltas y no te decidas a probar.

Si es así, te explico una anécdota por si te sirve.

Ya sabes que este verano me quedé fascinada con la biblioteca y el museo nacional de Oslo.

Pues en el museo, entre sala y sala, había un espacio ambientado como si fuese un jardín romántico.

Nada más entrar en él, a mano derecha, había una mesa redonda de madera. Era bajita, con sillas alrededor. Parecían cómodas.

Sobre la mesa, delante de cada silla, había un soporte con una hoja de papel gruesa de color crema y un dibujo que representaba una planta, unos frutos o unas flores similares a las que decoraban la sala. En medio, unas bandejas con colores bien gordos, todos con su punta afilada: rojos, marrones, verdes, ocres, violetas.

Parecía la mesa del cuento de Ricitos de oro invitándote a que te sentases en ella y empezases a dibujar.

Y eso hicimos mi hijo mayor y yo, que nunca nos hemos destacado por nuestras dotes artísticas. Nos pasamos un buen rato ahí.

Algo nos había empujado a hacerlo.

Seguro que había ayudado la mesa tan bien preparada, tener a mano todo lo que necesitábamos.

También el ambiente tan relajante que se respiraba.

Pero hubo algo más. Una frase.

Sí, una frase escrita en la pared que decía: «Empieza por una línea»

¡Vale! Aunque no teníamos ni idea de dibujar, una línea sí que sabíamos hacerla. Y de momento, solo se trataba de eso.

Luego detrás de una línea, vino otra, y luego otra, y como te decía, al final nos pasamos un buen rato allí disfrutando de nuestro papel y nuestros lápices de colores, intentando reproducir la muestra que habíamos encontrado. 

Pensé que esa idea de «Empieza por una línea» podía aplicarse a muchas otras cosas, e hice una foto para contártelo.

Porque para poner en marcha cualquier idea que tengas en la cabeza solo tienes que empezar por hacer algo muy simple, una línea: llamar a un número de teléfono, preguntar algo, buscar en google, escribir un mensaje.

Luego una cosa te va llevando a la otra, y a lo que te das cuenta, ya te has liado.

Te lo digo yo, que en eso sí que soy especialista 😉

Que tengas un fantástico día

PD. Sorprendentemente, el dibujo quedó mucho mejor de lo que esperábamos y nos atrevimos a dejarlo colgado junto con el de otros intrépidos.