Una amiga que ha vuelto a estudiar hace poco, me comentaba que le está costando un montón. Ha perdido la práctica de coger apuntes, resumir, hacer esquemas, estudiar. Todo le cuesta mucho más.
Es normal. A mí también me pasó.
De hecho, pasa con los estudios y con todo lo que empieces a hacer o te apetezca retomar.
Al principio te asustas, parece que te va a superar. Necesitas dedicarle un tiempo a situarte, entender cómo funciona aquello, y practicar.
Nada que no se pueda resolver con paciencia, esfuerzo y una dosis extra de confianza en tu determinación.
Por si necesitas reforzarla, mira qué frases más bonitas (y certeras) leí el otro día en la pizarra de un bar en el que entré a desayunar:
«Siempre que dudes de lo lejos que puedas llegar
solo recuerda lo lejos que has llegado,
recuerda todo con lo que te has enfrentado,
todas las batallas que has ganado
y todos los miedos que has superado.»
«Hay una fuerza motriz más poderosa
que el vapor, la electricidad o la energía atómica:
la voluntad» (Alfred Einstein)
Ya ves, si ese es verdaderamente tu sueño, se trata de insistir.
Y si no sale, de insistir una vez más.
Así, hasta el infinito y más allá 😉
Que tengas un fantástico día.
P.D. A ver si me explico, tampoco se trata de morir en el intento. Si ves que no te compensa, siempre puedes renunciar. Pero antes de hacerlo, mira hacia arriba. ¿Dentro de tres días te alegrarás de haberlo dejado? ¿Y de tres meses? ¿Y de tres años? La respuesta que tienes que tener en cuenta para tomar tu decisión es la que des a esta última pregunta.