Los viernes por la mañana son como la primavera.
Tienes el fin de semana o las vacaciones ahí, a tocar, como un regalo todavía por estrenar.
Vistos desde los cincuenta y cinco, los veinte años me parecen igual.
Una especie de libreta en blanco, que huele a nuevo y sobre la que aún puedes imaginar mil formas diferentes de escribir o de dibujar.
Es cierto que cuando tienes esa edad, a menudo te asaltan las dudas: ¿qué debo hacer? ¿Cómo saldré adelante? ¿Seré capaz?
Puede llegar a ser un poco angustioso, es normal.
Pero aunque ahora te pueda parecer todo muy complicado, con el paso del tiempo todo se acaba asentando y sí, saldrás adelante, ya lo verás.
No solo eso, cuando llegues a mi edad, que más que al viernes se parece al vermut del domingo por la mañana, los recordarás con cariño… y seguro que los añorarás.
Porque todas las etapas de la vida tienen sus ventajas y sus inconvenientes, pero no me negarás que el sabor y el olor de los viernes por la mañana, como el de la primavera, es especial.
Que disfrutes de un fantástico viernes y de un mejor fin de semana.
P.D. No sé porqué hoy parece que solo me salen pareados. Estoy fatal. Mejor que lo deje aquí. El lunes prometo volver a escribir normal 😉