Ese es el tiempo que me falta para la jubilación.
Lo descubrí el otro día por casualidad, mientras intentaba ayudar a mi hija con un trámite.
Nueve años, dos meses y tres días.
¿Es mucho o es poco?
Depende como se mire.
De entrada, me pareció una eternidad. Pensaba en lo lejos que quedaban todavía los viajes fuera de temporada, la tranquilidad y la libertad de hacer lo que quiera, cuando quiera y donde pueda.
Pero no sé por qué, ayer me desperté viéndolo diferente.
De repente, mi cabeza había hecho un clic y me descubrí pensando: ¿A qué voy a dedicar esos nueve años? ¿Qué quiero haber hecho cuando haya pasado ese tiempo o qué quiero haber intentado hacer?
Y como mi trabajo me gusta mucho y hay muchos proyectos que me apetecería dejar encarrilados, casi me pareció que esos nueve años se me iban a quedar cortos.
Porque si «solo» me quedan nueve años, tengo que escoger bien a qué los dedico.
En la medida de lo posible, no quiero perder el tiempo en tonterías.
Quiero trabajar con los mejores, traspasar mi experiencia a los que empiezan, animarlos a perseguir el sueño de dedicarse a lo que les gusta.
Quiero tejer vínculos, sumar voluntades, abrir puertas y buscar inspiración.
Ir poco a poco y entre todos construyendo algo mejor.
Como dice mi jefa, que nuestro objetivo sea «ser parte de la solución».
Viéndolo así, ¿no parece tanto tiempo, verdad?
Ya ves que tontería, como si para llegar a esa conclusión hiciese falta esperar a que te falten nueve años, dos meses y tres días para la jubilación.
Pues eso es lo que me pasó.
Que tengas un fantástico día.
P.D. Por cierto, si tienes curiosidad por calcular la fecha y condiciones de tu jubilación, lo encontré aquí (si no tienes dnie, lo más fácil es hacerlo usando la cl@ve pin)