El martes estuve en una conferencia sobre cómo construir la paz en un mundo en crisis, en la que el periodista Jordi Armadans compartió algunas ideas que pensé que te podían interesar, porque aunque hablaba de los museos, sirven para la vida en general.
Armadans nos explicó que actualmente hay 50 conflictos bélicos en el mundo.
Son muchos.
Pero comentaba que aunque nos duela, no podemos aspirar a un mundo sin conflictos.
Porque mientras haya personas, habrá conflictos.
Divorcios, discusiones de madres con hijos, enfados de hermanos con cuñados, chistes contra las pobres suegras, peleas en las reuniones de vecinos. En cuanto podemos, discutimos hasta con nosotros mismos.
La paz -nos decía-, no pasa por eliminar los conflictos, sino por abordarlos de otra manera: escuchando al otro, poniéndose en su lugar, hablando y negociando para buscar un acuerdo.
Intentar solucionarlos mediante el golpe en la mesa y la violencia no solo genera dolor, es que ni siquiera es eficaz, porque la insatisfacción y la injusticia que conlleva solo genera más violencia. Es una mala inversión.
Funciona así en la guerra y en las situaciones domésticas.
¿Qué podemos hacer en medio del caos?
El periodista nos animaba a trabajar por una paz «preventiva» (igual que cuidamos preventivamente nuestra salud), construyendo espacios de paz a nuestro alrededor.
Para crear esos pequeños oasis proponía que cada uno de nosotros, en nuestro pequeño mundo:
– pusiésemos en valor todas las cosas bellas que las personas -también los cuñados y nuestros vecinos- son capaces de hacer.
– fomentásemos una mirada crítica frente a la violencia. No solo frente a la violencia física, también frente a las injusticias o esas violencias cotidianas más sutiles, como el desprecio.
– cuidásemos de los que nos rodean.
– intentásemos buscar respuestas alternativas y soluciones creativas a los conflictos en los que nos encontramos, que nos esforzásemos por pensar qué otra cosa podemos hacer en lugar de enfadarnos con los demás.
Me pareció una visión inteligente y posibilista de contribuir a que todos vivamos un poquito mejor.
Que tengas un magnífico día.