La falta de tiempo es la principal barrera que tenemos a la hora de tirar adelante proyectos que nos hacen ilusión.
O, al menos, eso es lo que nos parece.
Vamos a verlo.
Te propongo que durante una semana anotes en un papel, -sí, en un papel- lo que haces a lo largo del día.
No hace falta que entres en detalle, puedes hacerlo por bloques:
- casa
- trabajo
- arreglo personal
- comer (incluye el tiempo que tardas en ir al restaurante o en prepararte la comida)
- cuidado de otras personas
- desplazamientos
- ejercicio
- descanso
- amigos o pareja
- otros: lectura, series o películas, redes sociales, hobbies. Aquí sí es importante que concretes.
Una vez que lo hayas hecho, analiza el resultado.
Hay varias preguntas que pueden ayudarte:
- ¿Te sientes cómodo con esa distribución?
- Si no es así, ¿podrías rascar algo de tiempo de tus obligaciones? No te estoy proponiendo que dejes de ir trabajar, te olvides de ducharte o aparques a tus hijos. Me refiero a si podrías organizar las cosas de casa de manera que te ocupen menos tiempo, a si destinas a tu trabajo más espacio del que querrías o del que conviene, a si tendría sentido aprovechar tus desplazamientos, etc.
Y, sobre todo:
- ¿Escoges a qué dedicas el tiempo que te sobra? ¿O bien dejas que se te escurra entre los dedos sin más?
Para empezar a hacer algo que te guste necesitas muy poquito tiempo, veinte minutos al día es más que suficiente.
Aunque de entrada te parezca una miseria, sumado día a día te sorprenderá lo que esa pequeña burbuja puede dar de sí.
Y si no me crees, escoge algo que te ilusione y haz una prueba.
A ver qué pasa 😉
Que tengas un fantástico día.
P.D. Parece que, por fin, ¡va a llover!